Tema del Mes > Agosto de 2011

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que con gusto haremos llegar a los autores respectivos.


Este mes les presentamos un trabajo hecho por Carole, de nacionalidad inglesa, quien es alumna mía en el taller de psicopatología, donde analizamos novelas, películas y cuentos, desde el aspecto psicopatológico. Ese cocinar psíquico a través de las imágenes es bastante rico y nos permite la reflexión por largo tiempo, ya que la interpretación no se lleva a cabo en una sola sesión sino en muchas.

Y ahora la tarea fue analizar una de las imágenes de la película “Hable con ella”, del director español Pedro Almodovar, cuyo tema básico es, como lo anuncia su título: comunicarse con lo femenino. Es una imagen bastante impactante, porque nos muestra a lo femenino y lo masculino ubicados en dos niveles distintos, donde es imposible establecer una comunicación.

En la película, es gracias a lo femenino durmiente, silente, que dos hombres hacen amistad y que cada uno intenta relacionarse con su femenino, pero de una forma totalmente diferente: uno de ellos, hablando y relacionándose con lo femenino dormido; y el otro, con la imposibilidad de hablar, tanto cuando Lydia estaba despierta como cuando quedó inconsciente, dormida.

A Carole esta imagen le permitió aplicar los conocimientos que está adquiriendo acerca de cómo interpretar pinturas —y, en general, imágenes visuales— basándose en nuestro recién publicado libro “Introducción a la Interpretación de Pinturas, de acuerdo a C.G. Jung”, escrito por el Dr. Theodor Abt, que es un manual de consulta bastante claro y preciso, una excelente guía para ahondar sobre el tema.

Quise compartir con ustedes esta interpretación ya que Carole, a través de su trabajo analítico en grupo como individual, ha ido aprendiendo a reencontrar sus capacidades de introspección, reflexión y conexión con ella misma y con el otro; y también, a que ella puede desarrollar más esas cualidades de percibir desde los tonos más tenues o suaves hasta los más fuertes y estridentes, tanto en las imágenes auditivas como en las visuales, en los diferentes espacios y tiempos en que éstas se dan, ¡y en verdad que lo ha logrado!

A ella este trabajo le ayudó a entender más cuál es el problema de comunicación que tiene con su propia psique y con el otro en el exterior.

Agradezco mucho a Carole por su aportación y por permitirnos compartirla con Ustedes.

Dra. María Guadalupe Abac Archundia
  Agosto de 2011



Lo que esta imagen me dice...
Escrito por Carole

“Para lograr que una pintura comience a hablarnos
por sí misma tenemos que hacerle preguntas.
A través de este diálogo cada interpretación se convierte
en un acto de crear consciencia a partir de la pintura.”

Introducción a la Interpretación de Pinturas, de acuerdo a C.G. Jung.
Theodor Abt
Editorial Fata Morgana


La imagen tiene claramente dos planos: la cara de Marco en el primer plano, muy nítida, mientras que la imagen de Lydia está en el fondo, borrosa. Esa diferencia queda enfatizada aún más por la luz reflejada en las dos caras. La cara de Marco está alumbrada con luz fría, proveniente de una pantalla de computadora. En contraste, la cara de Lydia recibe la luz cálida de las velas del altar. Por lo tanto, el enfoque del espectador está sobre Marco: su incomodidad, su malestar, su mirada perdida en pensamientos.



No hay vínculo ni diálogo entre los dos personajes de la imagen. Lydia esta acostada, viendo hacia arriba. Marco tiene la mirada perdida, dando su espalda hacia Lydia. Cada quien está en su mundo psíquico propio. En la falta de vínculo o tensión entre los dos personajes se percibe una muerte simbólica en la relación, una imposibilidad de trabajar o resolver diferencias. Esa muerte simbólica es subrayada aún más en la imagen por la falta de símbolos vitales y por el altar, que nos da más la sensación de un velorio que de esperanza.

Las imágenes de las dos caras están separadas por dos objetos principales: el altar, con sus velas prendidas, de luz cálida, representando lo espiritual; y la pantalla de la computadora, lo que representa lo terrenal, lo practico y lo material. Ambas representaciones dividen a los protagonistas.

En la imagen no vemos el cuerpo de ninguno de los dos actores. Por lo tanto nuestro enfoque está en la psique y no en lo físico o corporal. Sin embargo, es interesante notar que la imagen de Lydia está truncada por el marco de la computadora, lo que nos habla de una situación finita, delimitada o marcada. En la imagen de Marco, la luz reflejada en su cuello no está truncada, lo que podría implicar una situación no finita o con posibilidad de cambio.

El color rojo en medio de la imagen tiene una doble funcionalidad. Por un lado representa sentimientos de amor, pasión, sensualidad y sexo. Sentimientos que unen. Sin embargo, dadas las miradas perdidas y la falta de tensión, el rojo podría también representar destrucción o división.

Los tonos fríos y azulados del rostro de Marco reflejan introversión, frialdad y rigidez, mientras que los tonos amarillentos alrededor de la cama de Lydia, en lugar de representar iluminación y calidez representan enfermedad y destrucción.

A la vista, el lado izquierdo de la imagen contrasta de manera muy marcada con el lado derecho:

Izquierda

Lydia
Mujer
Segundo plano
Borroso
Luz cálida
Cara chica
Matices suaves
Derecha

Marco
Hombre
Primer plano
Nítido
Luz fría
Cara grande
Tonos fuertes

En general, visualmente, la imagen completa me provoca incomodidad y tristeza. Me da una sensación de ausencia, de falta de vínculo y de cierre entre Lydia y Marco.

Carole
Agosto, 2011


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