La Familia Arquetípica
Una
de las creencias más arraigadas en nuestra cultura es la
idea de
que somos producto de nuestros padres. Es decir, que los
acontecimientos de la infancia determinan el comportamiento de las
personas. Con esta idea trabajan algunas corrientes
psicológicas, afianzando así la creencia de que
el
carácter del sujeto proviene de los padres, perdiendo de
vista
los aspectos individuales y/o socio-culturales que influyen en la
conformación de la propia personalidad.
La psicología junguiana proporciona un marco de referencia
que
analiza la dinámica familiar y el papel de cada uno de sus
integrantes; esta postura difiere del principio del determinismo
parental. Bajo este enfoque, se invita a examinar la historia familiar
sin prejuicios, a descubrir ¿a qué ha venido el
individuo
a esa familia?, a conocer ¿cuál es la oportunidad
de
aprendizaje y desarrollo que le brinda el encuentro familiar? y a
conocer las imágenes psíquicas y corporales que
evocan
los acontecimientos y circunstancias familiares.
La perspectiva junguiana invita a hacer conciencia de que somos
responsables de nuestra vida, de "nuestro ser y hacer en el mundo". Al
revisar la historia familiar se inicia una fase de
recreación de
nosotros mismos, que nos lleva a buscar la propia esencia. Para ello,
es necesario un proceso de transformación, a
través de la
profundización de los acontecimientos vividos, de una
actitud
reflexiva y una presencia continua. A esto le llamamos el "arte de
cuidar el alma", lo cual nos posibilita a encontrar el sentido y el
significado de la vida.
Desde este enfoque, el trabajo con la Familia Arquetípica no
sólo tiene en cuenta lo transcurrido en la infancia, sino
también las imágenes personales -subjetivas,
colectivas y
míticas- que, lo recordemos o no, invariablemente
están
presentes en nuestra vida, afirmando así la unicidad y el
destino innato del individuo.
El trabajo que por 15 años ha venido realizando la Dra.
María Abac Klemm con un grupo de profesionistas, sobre la
psicología arquetípica, constituye el eje
conductor de
una serie de talleres sobre el tema de la familia, cuyo objetivo es
facilitar el proceso de ir descubriendo nuestra unicidad y
así
recrear nuestro propio mito.
En este trabajo de recreación personal con nuestra familia
se
pretende que el principio de relación (Eros) y el principio
creativo (Psique) puedan encontrarse. Para esto es necesario un
compromiso físico y psicológico que nos ayude a
individuar el pasado familiar y liberar nuestra herencia.
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